Hoy empieza este proyecto en el que llevo trabajando años. Comencé reuniendo una buena colección de flores y hojas que recogía en mis paseos por el campo y en mi jardín: hortensias, rosas, pensamientos, tréboles, buganvillas, helechos... Después de secarlas, empecé a experimentar haciendo collares para mis hermanas, para mis amigas y para mí. Fueron mis primeras creaciones en las que puse toda mi ilusión.


Estos son algunos de mis trabajos.

viernes, 2 de noviembre de 2012

La Naturaleza es el límite


Las hojas adquieren colores mágicos en el otoño, toda una gama de ocres, rojos, verdes, que combino con las flores que nos regala la primavera cada año. 



En mis collares hay multitud de matices, dependiendo de la flor elegida, desde los llamativos tonos rosados, rojos y púrpuras de las rosas, parra virgen, geranios, el escarlata de las buganvillas y hortensias, el amarillo solar de la flor de espino, de la anémona japonesa, de las rosas de pitiminí, los colores pálidos y pastel de las anémonas rosadas, las adelfas y los colores crema de los antriscos y violetas silvestres, el blanco puro de las margaritas, y la variedad de verdes que nos ofrecen las hojas de los árboles y arbustos como helechos, culantrillos, guinkgos, olivos, sauces, rosales, parras, hiedras, hierba buena y tréboles.





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